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mayo 15, 2024En 1936, con ocasión de la celebración de los Juegos Olímpicos de Berlín, Alemania, dos fieles seguidores de la filosofía de Pierre de Coubertin, el griego Jean Ketzeas y el alemán Karl Diem lideraron todo el proceso de hacer visible la manifestación del fuego olímpico, al transportarlo mediante el uso de una antorcha que fue llevado por 5.000 atletas, hasta encender el pebetero olímpico, el 1º. de agosto de ese año.
La llama del fuego olímpico, que simboliza el fuego que Prometeo toma de los dioses griegos, para entregárselo a los humanos, y con él, la luz del conocimiento y de la razón, se enciende en el pebetero en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos y permanece encendida durante todo el evento, para simbolizar la conexión entre los Juegos Olímpicos modernos y la antigua tradición griega de encender el fuego frente al templo de Zeus.
En la actualidad, la ceremonia de encendido del fuego olímpico comienza en el Templo de Hera, dedicado a la diosa Hera, en Olimpia. En este templo, se reúnen autoridades deportivas internacionales e invitados especiales, bajo el proceso organizativo del Comité olímpico helénico en coordinación con el Comité Organizador de los Juegos que se van a realizar posteriormente. Se destaca la participación de sacerdotes, sacerdotisas y otros actores que interpretan danzas y canticos en honor al dios Apolo, medios de comunicación y por supuesto atletas.
La ceremonia reviste todo un protocolo que busca honrar a los dioses y acercar el fuego a la humanidad, como un símbolo de conexión entre dos mundos, entre dos civilizaciones, que a través de las distintas manifestaciones atléticas buscan exaltar la excelencia humana, la amistad entre los países y el respeto por la diversidad el entorno y la diferencia, unidos por el buen ejemplo y el juego limpio.
Se utilizan los rayos de sol enfocados mediante un espejo cónico parabólico para encender una llama sagrada, que de inmediato es colocada en un recipiente especial denominado caldero. De inmediato se escuchan ofrendas y plegarias, las sacerdotisas ofrecen plegarias y realizan rituales sagrados, y piden la bendición de los dioses y la protección para los Juegos Olímpicos.
Las antorchas, desde 1936 han sido objetos diseñados especialmente para el evento y han variado a lo largo de los años, entre cada edición de los Juegos Olímpicos. El Comité Organizador de la ciudad sede se encarga del diseño que generalmente se lleva a cabo mediante un concurso para motivar e integrar a los jóvenes hombres y mujeres del país a vincularse con la organización de los Juegos.
Generalmente se crea un diseño único y simbólico para la antorcha olímpica de cada edición de los Juegos. Este diseño a menudo refleja la cultura, la historia o los valores del país anfitrión. Al principio las antorchas eran muy pocas y se transportaba la misma todo el tiempo hasta llegado el día de la inauguración.
Actualmente las cosas han cambiado y el deseo de tener una réplica en las manos es cosa de verdadera afición. Eso representa hoy que cada uno de los que han portado la antorcha de un lugar a otro, obtienen no solo el honor de transportarla, sino la alegría de tener una réplica de recuerdo. Por ejemplo, para el relevo de la antorcha de Londres 2012, diseñada por Edward Barber & Jay Osgerby, su forma triangular y las 8.500 perforaciones a lo largo y ancho de su forma le hicieron muy particular. Especialmente llamó la atención que el número de perforaciones coincidiría con el número de personas que la portaron hasta llegar a su destino. Al final se produjeron no solo 8.500 antorchas, sino que, además, se envió como es costumbre, una réplica a cada comité olímpico nacional, patrocinadores y demás personalidades destacadas del Movimiento Olímpico.
Para el diseño y la producción de las antorchas se utilizan materiales resistentes al fuego y se asegura que sean livianas y fáciles de transportar por los relevistas, que son seleccionados bajo los criterios que establece el CO.
Se seleccionan relevistas que corren o viajan en diversas formas de transporte para llevar la antorcha en diferentes etapas del relevo. Durante el relevo se toman medidas especiales para proteger la llama olímpica y asegurarse de que no se apague. Esto puede incluir el uso de lámparas especiales o dispositivos de protección contra el viento y la lluvia. Es importante tener en cuenta que los detalles específicos y los procesos exactos pueden variar entre los diferentes Juegos Olímpicos y según las decisiones del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos.